En el informe elaborado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, México se ubicó en el 4º lugar, de 193 países, solo por debajo de el Congo, Colombia y Myanmar.

El documento señala que “Los cárteles de la droga controlan el territorio en gran parte de México, cooptando al Estado a través del soborno y la intimidación, con el objetivo de facilitar sus actividades ilícitas”.

Además, el país no solo ocupa el cuarto lugar en criminalidad, también encabeza otros mercados criminales como trata, tráfico de personas, armas, comercio de heroína, cocaína, cannabis, drogas sintéticas, delitos contra la flora, fauna y recursos no renovables.

Uno de los obstáculos identificados para combatir el narcotráfico es la pérdida de democracia, lo cual reduce la capacidad del estado para hacerle frente al crimen organizado.

“Las deficiencias estructurales del sistema legal de México obstaculizan su capacidad para combatir el crimen organizado. Aunque el país ha ratificado una variedad de tratados internacionales y tiene numerosas leyes relacionadas con el crimen organizado, estas no se aplican bien y están paralizadas por la corrupción”